La sevillana Carolina Robles (Dos Hermanas, 4-12-1991) obtuvo en Getafe uno de sus mayores logros deportivos al proclamarse campeona de España de Cross. Una victoria de mucho prestigio y conseguida además de forma solvente por parte de la obstaculista. Esta mujer, que es licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y ejerce como entrenadora en la escuela de atletismo que lleva en su pueblo, tardó en llegar a su disciplina fetiche y recorrió un camino nada sencillo hasta cumplir su sueño de ser olímpica.
Pregunta: ¿Te llegó a sorprender la victoria en Getafe?
Respuesta: Realmente sí, porque ha habido otros años que sí he sido máxima favorita, aunque luego no haya podido ganar. Pero aquí no lo era. Todas teníamos en mente a Majida por sus marcas en maratón y por el repaso que nos dio el año pasado en Ortuella, pero yo después de Cáceres vi que a lo mejor se le podía ganar y, para mí, Irene era la favorita número uno. Yo llegaba bien y jugué con mi estrategia y me salió perfecta. Pensé que Majida podría ser vulnerable en las subidas y así fue. También te digo que creía que Irene se iba a venir conmigo cuando ataqué, cuando eso no sucedió me vine arriba y la situación me permitió disfrutar los últimos instantes de carrera.
P: Decías que habías tenido otros campeonatos en los que eras más favorita, ¿te refieres sobre todo a Jaén 2022?
R: Sí. Aquel año, en diciembre de 2021, hice un buen Europeo (18ª) y luego estaba siendo la mejor española en todos los crosses. No estaba Irene, que se recuperaba de lesión, y llegué allí como máxima favorita. Pero luego, en la carrera me vine abajo… Acabamos sabiendo tiempo después que estaba mal, tenía mononucleosis, que incluso venía de la época del Europeo. De hecho, me costó bastante tiempo recuperarme bien.
P: Cuéntanos tus orígenes deportivos y los primeros éxitos.
R: Empecé porque una amiga de mi barrio, Montequinto, hacía atletismo y me animó a ir con ella. Y así conocí, con apenas siete años, a mi entrenador Manolo Rodríguez, y que lo ha sido durante más de 20 años. Es mi padre deportivo y seguimos teniendo un gran trato. La verdad es que empecé a tener buenos resultados desde pequeña. Fui campeona de España cadete de 1000 metros y luego apenas me bajé del podio como atleta junior y promesa (sub20 y sub23). Alguna vez fui campeona, como en 2009 y 2010 con el 3000, pero a mí lo que me gustaba era intentar doblar, por ejemplo 1500 y 3000, y más de una vez saqué dos medallas, aunque no ganase. Salvo un año malo que tuve cuando era juvenil, los demás estaba siempre ahí.
P: Veo que tardaste en llegar a los obstáculos.
R: Sí. Como sub23 nunca los toqué y fue ya los primeros años de absoluta. Empecé a hacer los obstáculos porque mi pareja entonces y ahora marido, Dani, que entrenaba conmigo, los hizo en una liga de clubes y por eso me apetecía probar. No teníamos medios para entrenarlos y lo hacía con Manolo de una forma muy rudimentaria. Hicimos unas vallas de PVC y las poníamos en el parque o en la calle, porque no teníamos pista, y así los preparamos. De hecho, mi entrenador tuvo que formarse al respecto de cómo prepararme bien para ello. Cuando competí la prueba por primera vez en 2016, temporada en la que fui bronce en el campeonato de España y bajé de 10 minutos, no había pasado una ría nunca. Luego empezamos a ir a la pista alguna vez, pero la verdad es que los trabajábamos con pocos medios.
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Robles fue progresando en los obstáculos los siguientes años para dejar su mejor marca personal en 2019 en 9:49.90. Y es en noviembre de aquel año, cuando tras hablar con su entrenador, que ya se jubilaba, deciden pasar a entrenar con Antonio Serrano.
“Yo temía que al ser el entrenador de Irene Sánchez-Escribano, que era la que dominaba la especialidad, a lo mejor él no quisiera entrenarme por ser rival, pero no hubo problemas. Era un entrenamiento a distancia, porque yo me quedaba en mi tierra y en mi entorno y así hemos funcionado hasta ahora. Tengo a mi marido que me acompaña y ayuda en casi todos los entrenamientos. Tras el trabajo inicial con Antonio los primeros meses, noté una mejora muy grande, que tuvo como resultado más destacado el Campeonato de España de Cross en Zaragoza. Fui subcampeona, encontrándome fenomenal. Hasta esa fecha mi mejor resultado había sido novena. Justo tras aquella carrera llegó el parón por la pandemia”, relata la sevillana.
P: ¿Tenías confianza en ser olímpica aquel 2020?
R: Sabía que era difícil, pero sí. Estaba a casi 20 segundos de la mínima, pero yo confiaba en seguir progresando. Luego llegó la suspensión y sinceramente a mí me venía bien para poder seguir creciendo una temporada más. Tuve una lesión, una fascitis plantar, que venía de correr tanto en cinta durante el confinamiento. Tuve que parar, pero corrí el Campeonato de España de septiembre en Madrid y saqué medalla en 5000 metros. En 2021 seguí progresando en mi prueba. En enero bajé de 9:00 en 3000 en pista cubierta, aunque luego corrí mal el Campeonato de España. Y al aire libre empecé muy bien en Huelva con 9:34 y corrí tres veces más en marcas muy parecidas, pero sin llegar a rematar la mínima. Fui subcampeona de España y al final me gané los Juegos Olímpicos por el World Ranking, pero fue muy agónico aquello. Aparte del desgaste de las competiciones, y varias como el Campeonato de España y Castellón muy seguidas para intentarlo, había mucho desgaste emocional, todos los días viendo las listas, incluso trasnochando para ver carreras internacionales de mis rivales. Además, cuando me confirmaron mi clasificación, al día siguiente, viajé a Madrid para estar un mes en una burbuja con el resto de compañeras, por el tema del Covid, y no lo pude disfrutar con mi entorno.
Carolina se recuperó de todo aquel estrés y pudo entrenarse bien para Tokio, aunque recuerda a Ángel Basas, que le ayudó a recuperar sus problemas de fascitis que no conseguían remitir del todo y habían ido a peor. En los Juegos sufrió una caída (la empujó una rival) en las series y fue recalificada para la final, que disputó con sabor amargo.
“Disfruté en Tokio, pero pasó lo que pasó en las series y yo me fui del estadio triste y dolorida. Luego me dijo Antonio que había posibilidad de que me recalificaran y así fue. A la final llegué muy dolorida porque me había dado un buen golpe en cadera, hombro y, bueno, hice lo que pude. Después de los Juegos cambié mi mentalidad porque aparte de lograr mi sueño de ser olímpica, había bajado de 9:00 en pista cubierta y la temporada siguiente estuve de subidón”, recuerda.
El 2022 fue un buen año en cuanto a resultados, pero también con muchos problemas físicos. La mononucleosis ya mencionada la dejó secuelas y estuvo discreta en el Iberoamericano que tanta ilusión le hacía. Luego recuperó sensaciones: “Conseguí mi sueño de ser campeona de España absoluta en los 3000 obstáculos en Nerja. Nos clasificamos para el Mundial de Oregón y allí mejoré mi marca hasta los 9:28. Vine contenta y con ganas para el Europeo, pero cogí Covid, recuerdo que volvimos bastantes compañeros mal de allí. Pude llegar al Europeo y pasar a la final pese a que me caí, por culpa mía en ese caso. La final fue muy dura para mí. Es cierto que en 2022 cumplí algunos objetivos, pero en otros me quedé a medio camino”.
P: Y en 2023 le pegaste otro buen mordisco a tu marca.
R: Para mí fue un año malo respecto a lesiones, me lesioné a finales de diciembre, tuve dos micro roturas en los isquiotibiales pero pude ir a correr el Campeonato de España de Cross en Ortuella y salvé el mismo al clasificarme para el Mundial de finales de febrero. La verdad es que en mis años pasados con Manolo tenía muchas lesiones, tuve roturas fibrilares en gemelos e isquios cada dos por tres, pueden haber sido más de 20. Yo creo que se debía a que éramos un poco burros, apenas estirábamos, no íbamos al fisio, entrenábamos muchas veces en asfalto… El caso es que tras el Campeonato de España me tuve que regular, pero llegué competitiva. El problema es que meses después seguía arrastrando problemas en la zona de las roturas y llegué muy justa al verano. No me veía haciendo las marcas y resultados que conseguí. Las últimas semanas previas para al Mundial ya me vi bastante recuperada y esperaba haber mejorado allí, pero no fue posible, y la serie que corrí, a cambios de ritmo, me dejó bloqueada al final.
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Robles cerró su campaña 2023 con marca personal de 9:24.71, se clasificó por puntos para su segundo Mundial y estuvo como siempre muy competitiva en el Campeonato de España, en el que fue bronce. Confiesa que ha empezado la presente temporada de forma distinta: “Este curso creo que estoy teniendo mucha más cabeza, he ido poco a poco. He introducido en los entrenamientos controlarme el pulso y el lactato y, por todo ello, no he llegado nunca a entrenar con molestias. Si aparecía algo, bajaba la intensidad o no hacía más. Y de momento no he dejado de tener continuidad, que es el objetivo principal”.
P: ¿Y qué te espera por delante los próximos meses?
R: Me habría gustado hacer pista cubierta, pero Antonio la descartó. Quiero cumplir con mi club, el Bilbao Atletismo, en la Copa de Europa de Cross, ya que el año pasado no pude hacerlo. Luego ir al Mundial de Cross y después me gustaría intentar hacer la marca para los Juegos lo antes posible. No me gustaría volver a tener la sensación tan desagradable de estar hasta el último momento como en Tokio. Por suerte en junio tenemos el Europeo y si no haces la mínima antes, pero todo va bien y estoy allí, también haciendo una buena actuación en Roma se sumarían muchos puntos y luego estará el Campeonato de España. Es difícil elegir entre hacer un buen Europeo y estar también a tope en los Juegos, pero mi entrenador siempre hace maravillas y la planificación la hará para poder estar en las dos citas bien, ya lo ha demostrado estos años. Lo que empiezo a tener claro es que este puede ser mi último año en los obstáculos. Los años van pasando y esta prueba machaca mucho. Creo que para seguir en el alto rendimiento más años tengo que cambiar de prueba y yo soy muy de pista, por lo que creo que será el 5000 el objetivo de los próximos años, también el 10 km en ruta. Pero antes me gustaría cumplir un objetivo que veo asequible, y creo que ya lo podría haber hecho el año pasado, que es bajar de 9:20 en mi prueba antes de despedirme de ella.
